Un recorrido por las torres vigías, torreones y baterías de la costa almeriense en relación con su utilización, en algún momento de la historia, por los Cuerpos de Carabineros o de la Guardia Civil.
jueves, 19 de abril de 2018
17.- TORRE DE VELA BLANCA
En este emplazamiento excepcional sobre el acantilado que le da nombre debió de existir una torre medieval musulmana, pero había desaparecido a finales del siglo XV y el año 1544 el visitador Diego Dolio propuso un puesto de vigilancia en este emplazamiento, aunque, si se llegó a dotar, su existencia fue efímera. Durante el reinado de Felipe II se construyó una torre en este paraje, pero fue derribada por los berberiscos y nuevamente rematada en 375.000 maravedís en el albañil granadino Juan de Rus, que la concluyó hacia 1593.
Probablemente los avatares de este litoral acabarían arruinando una fortificación que no se restauró por el alto costo que dicho trabajo significaría.
El mariscal de campo Antonio María Bucarelli y Ursúa contempló hacia 1762 vestigios de la torre que había existido anteriormente y el Reglamento de 1764 habilitó la torre de la Vela Blanca como atalaya de señales, por lo que hubo de construirse según proyecto de José Crame.
Su edificación fue adjudicada a Francisco Pepín González, contador en la isla de Puerto Rico, igual que la de los Frailes o Cala Higuera, actuó como apoderado suyo Antonio Jiménez de Messa, que solicitó y obtuvo la sustitución de los componentes de sillería del proyecto por otros similares de ladrillo; concluida la obra en 1767, el contador obtuvo para su hijo, despacho como “Teniente de Infantería del Batallón fijo de Santo Domingo de la América”.
Hacia 1850 fue entregada a las fuerzas de seguridad y en la década de los 60 del siglo XX fue enajenada y adquirida por un particular para habilitarla como vivienda estacional.
Fuente:
Castillos, Fortificaciones y Defensas, IEA, tomo 4.
* Y como tal sigue, elevada a 213 metros sobre el nivel del mar.
No tenemos constancia de que existiera Puesto de la Guardia Civil en la torre de Vela Blanca, siendo lo más probable que, dada su privilegiada situación, fuera sólo utilizada como punto de observación.
A mediados del siglo XIX, encontrándose en buen estado, fue traspasada al Cuerpo de Carabineros y en 1941 pasó a depender de la Guardia Civil.
Fue en 1960 cuando, enajenada, fue adquirida por un particular que la habilitó como vivienda.
En 1987 quedó dentro del Parque Natural del Cabo de Gata.
En la actualidad, anexo a la torre, se han ubicado unas antenas de telefonía y una nave que suponen un poco afortunado impacto visual.
Si subimos a la torre desde el faro del Cabo, encontraremos que a partir de Vela Blanca se cierra el paso a vehículos que puedan circular por el Parque Natural hacia las playas de Cala Carbón, Mónsul, el Barronal, Los Genoveses y otras tantas recónditas calas que se extienden hasta la población de San José. A partir de este paraje, el acceso a estas calas deberá hacerse, necesariamente, a pie o por el mar.
-Las vistas, desde la plataforma de la Vela Blanca, merecen el esfuerzo empleado en la subida.
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